Viajar se ha convertido en una obsesión para nuestra sociedad, especialmente para los Millennials y la Generación Z. Conforme los vuelos bajaban de precio e Internet nos hacía accesibles los lugares más recónditos, Instagram se fue llenando una y otra vez de las mismas fotos. ¿Se han ido convirtiendo los destinos en checks que tachar de nuestra lista, sin tener en cuenta el impacto real que nuestros viajes suponen para el medioambiente y los autóctonas?
Un 23% de los suecos han renunciado a volar en el 2018 debido al 'flygskam'; la vergüenza de volar en avión debido a lo contaminante que resulta.
En este Happy Pantry ahondamos sobre estas cuestiones, las repercusiones de Internet a la hora de elegir y planear nuestros viajes, los motivos que nos condicionan para estar tan obsesionados con esta forma de ocio, y la búsqueda de experiencias locales, entre otros.
¿Hacia donde apunta el futuro de los viajes? ¿Qué esperan los consumidores que les ofrezca esta categoría? Keep reading.